‘Hyperion’ de Dan Simmons

Año de publicación: 1989

Nº de páginas: 646

Editorial: Nova

En el mundo llamado Hyperion, más allá de la Red de la Hegemonía del Hombre, aguarda el Alcaudón, una sorprendente y temible criatura a la que los miembros de la Iglesia de la Expiación Final veneran como Señor del Dolor. En vísperas del Armagedón y con el trasfondo de la posible guerra entre la Hegemonía, los enjambres Éxter y las inteligencias artificiales del TecnoNúcleo, siete peregrinos acuden a Hyperion para resucitar un antiguo rito religioso. Todos ellos son portadores de esperanzas imposibles y, también, de terribles secretos. Un diplomático, un sacerdote católico, un militar, un poeta, un profesor, una detective y un navegante entrecruzan sus destinos en su peregrinar en busca del Alcaudón mientras rastrean las Tumbas del Tiempo, majestuosas e incomprensibles construcciones que albergan un secreto del futuro.

Después de la maravillosa experiencia de ‘El Terror’ quise explorar más a fondo la obra de este autor, especialmente en el terreno de la ciencia ficción, y he de confesar que no me ha defraudado. A pesar de que la esencia de esta novela es tan diferente a la anterior, se aprecia igualmente un dominio superior en el arte de narrar historias. Precisamente, contando con que hay un claro hilo conductor muy bien estructurado, además de estar presente la esencia de una novela, es una colección de relatos cortos en los que cada uno de los protagonistas nos cuenta su relación con el misterioso planeta Hyperion y con la figura del Alcaudón. Con la lectura de este libro obtenemos los mejor de ambos mundos: el de la novela y el del relato.

A menudo se cae en el error (discutible o no) de catalogar un libro como ciencia ficción por el simple hecho de tratarse de una narración que trascurre en el futuro y en la que aparecen una o dos naves espaciales. Simmons, por otra parte, desarrolla una cultura futura real, palpable en una infinidad de detalles, tecnologías y mecanismos sociales que se alejan de los clichés y profundizan a un nivel considerable en el cómo y el porqué.

Las voces de los diferentes narradores tienen entidad propia hasta el punto de que cuesta recordar que hay un solo autor detrás de ellas. Cada una parece centrar su historia en uno de los grandes temas: el amor, la guerra, el paso del tiempo, la religión, la creación… de manera que, aunque todo está completamente integrado en el tejido de un futuro lejano, nos chocamos con una sensación de reconocimiento y familiaridad que tampoco es habitual en este género. Aunque el primer relato parezca insuperable, continuar con la lectura nos saca de nuestro error: son todos tan maravillosos que es prácticamente imposible escoger favoritos.

Así que en el principio fue la Palabra. Y la palabra se hizo carne en la trama del universo humano. Solo el poeta puede expandir este universo, solo él encontrará atajos hacia nuevas realidades tal como el motor Hawking abre túneles bajo las barreras de la trama del espacio/tiempo einsteniana.

Una de las ideas que empapa toda la narración es la del nacimiento de una religión como mecanismo para explicar lo inexplicable, lo inabarcable. Aunque nunca llega a quedar claro quién o qué es el Alcaudón, somos testigos de un patrón común a todos los protagonistas: cuando la realidad se vuelve demasiado impenetrable, uno a uno ponen su atención en la mítica figura con una esperanza poco clara, pero con esperanza al fin y al cabo.

Otra gran cuestión que aborda esta obra es la de la inteligencia artificial y sus implicaciones. Dan Simmons ha imaginado un paisaje excitante y desolador a partes iguales, en el que las máquinas tienen un dominio tal de la realidad que no solo no podemos entender sino que nos lleva a quedar relegados al papel de peones en un tablero cuya enormidad está fuera de nuestra escala.

Quizás desde que leí ‘La máquina del tiempo’ y ‘La guerra de los mundos’ de H.G. Wells no me había topado con ciencia ficción de esta calidad. Lo recomendaría sin pensarlo incluso a los que aún no habéis profundizado en el género o tenéis vuestras dudas: la estructura en forma de relatos cortos reunidos convierte este libro en un acercamiento perfecto.

Te gustará si te gustó ‘El atlas de las nubes’ de David Mitchell.

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‘Relatos de lo inesperado’ de Roald Dahl

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Título original: Tales of the Unexpected

Año de publicación: 1979

Nº de páginas: 320

Editorial: Anagrama

La personalísima obra de Roald Dahl es cada vez más conocida y apreciada en España. Relatos de lo inesperado es quizá su libro más universalmente famoso, en el que demuestra de forma plena la afirmación: «La mente de Roald Dahl es inequívocamente malévola y perversa» (The Washington Post). En efecto, el autor despliega de manera magistral su mortífero ingenio y su macabro sentido del humor a lo largo de estos cuentos, rematados con desenlaces tan imprevistos como certeros. Este libro dio lugar a una célebre serie televisiva cuyos episodios estaban presentados por el propio Roald Dahl.

El lado más cínico y siniestro, macabro incluso, del autor inglés puede pillarnos muy por sorpresa a los que solo lo conocemos por sus obras infantiles. La maestría con la que juega con las tensiones tan diferentes de estos relatos es maravillosa y nos demuestra con creces su dominio del género. Consigue tenernos en vilo a pesar de que a veces podemos acertar a imaginar cómo acabará por resolverse el enredo. En otras ocasiones nos deja con cara de pasmo de la manera más espectacular.

Desde un hombre que dona su cerebro a la ciencia para que después de muerto lo mantengan vivo en una cubeta, a la dulce patrona de una posada que se deshace de sus inquilinos de la manera más bizarra, pasando por el matón del internado, muchos años después sentado frente a nosotros en el mismo vagón de metro. En todos ellos nos acercamos, de una manera u otra, a las caras menos agraciadas de la condición humana: los celos, el rencor, la avaricia y la maldad más pura, todo ello barnizado con una capa bien gruesa de humor negro.

En ‘La subida al cielo’ el autor consigue que nos volvamos tan maniáticos de la puntualidad como la señora Foster, llegando a acelerarnos el pulso con los continuos retrasos provocados por el marido. En ‘Cordero asado’ asistimos a una transformación de lo más milagrosa: el del arma del delito que pasa a ser la cena de toda una comisaría de policía. La figura del timador, también habitual en los relatos de Dahl, nos acompaña en ‘Hombre del sur’ y ‘Mi querida esposa’.

Un compendio de verdaderas historias inesperadas de rápida ingesta pero digestión pausada que golpean de lleno al lector y lo acompañan bastante tiempo después de la lectura.

Te gustará si te gustó ‘Wilt’ de Tom Sharpe.

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‘Final del juego’ de Julio Cortázar

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Año de publicación: 1956

Nº de páginas: 232

Editorial: Punto de Lectura

Los dieciocho relatos que componen Final del juego constituyen otros tantos experimentos en la perfección: en pocas páginas ellos solos se ponen las condiciones y ellos solos las cumplen. El ajuste interno hace que los relatos de Cortázar parezcan sencillos, mientras se leen. Pero luego, enseguida, descubrimos en nuestro interior una maraña de sensaciones nuevas, de ideas que nunca habíamos pensado, de instrucciones distintas para ver la realidad. Ha terminado el juego y la literatura nos deja frente a la vida, que acaba de cambiar.

En esta colección de relatos, Cortázar nos muestra su lado más siniestro, macabro incluso, dos adjetivos que anteriormente me habría costado relacionar con su obra. La realidad se estira para confundirnos entre sus dobleces. El famoso relato del pulóver azul (‘No se culpe a nadie’) es una muestra de la maestría indiscutible del autor, que valiéndose de un objeto tan cotidiano nos lleva a experimentar unas sensaciones de lo más estridentes. Tres palabras le bastan para barrer de un plumazo la danza y dejarnos pasmados.

Irónicamente se le ocurre que si hubiera una silla cerca podría descansar y respirar mejor hasta ponerse del todo el pulóver, pero ha perdido la orientación después de haber girado tantas veces con esa especie de gimnasia eufórica que inicia siempre la colocación de una prenda de ropa y que tiene algo de paso de baile disimulado, que nadie puede reprochar porque responde a una finalidad utilitaria y no a culpables tendencias coreográficas.

‘La puerta condenada’ y ‘Relato con fondo de agua’ nos dejan si no la sangre helada, sí un incómodo desasosiego del que cuesta desembarazarse. Desde luego, no recomendables para leer antes de ir a dormir.

En algunos relatos, vemos cómo el narrador juega con los límites de nuestro entendimiento y destruye gran parte de la confianza que hayamos podido depositar en él. En otros, desde un principio intuimos la fatalidad pero los detalles más íntimos se nos van revelando poco a poco.

‘Después del almuerzo’ juega con nuestra imaginación de una manera brutal, llevándonos a pintar en nuestro ojo interior las posibilidades más incómodas: algo que es extremadamente difícil de mirar pero de lo que no podemos apartar la vista. La forma en que no nos revela nada y a la vez lo revela todo es terriblemente cruel.

‘Axolotl’ es otro ejemplo genial de cómo Cortázar puede inventar la premisa más absurda y conseguir que, como ocurre en el propio relato, entremos en ella como si fuera nuestra única realidad.

‘Final del juego’ es el broche perfecto para esta magnífica colección de realidades paralelas en la que el autor hace gala de su habilidad habitual para convertir el detalle más nimio en un golpe implacable del destino.

Te gustará si te gustó ‘La invención de Morel’ de Adolfo Bioy Casares

Mi versión de la portada:

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