‘El temor de un hombre sabio’ de Patrick Rothfuss

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Título original: The Wise Man’s Fear

Año de publicación: 2011

Nº de páginas: 1197

Editorial: Plaza & Janés

El hombre había desaparecido. El mito no.
Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, trotamundos, héroe y asesino, Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los rincones del mundo, está dispuesto a regresar.
Pero su historia prosigue, la aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para revelar la verdad tras la leyenda.

En esta lectura me he encontrado, confieso que con cierta sorpresa, con una magnífica continuación para esta serie. Kvothe pasa de una adolescencia fugaz a la etapa adulta de su vida a pesar de que aún es muy joven. Si bien en el primer volumen ya tuvimos la sensación de estar ante una historia de historias, en este se vuelve mucho más acusada: podríamos verlo como una colección de relatos cortos con un protagonista común. Kvothe sigue encontrándose inmerso en una aventura tras otra y saliendo bien parado de todas ellas: viaja a tierras lejanas, se enfrenta de nuevo a poderosos enemigos, se produce su despertar y primeras experiencias sexuales -no con cualquiera, sino con una leyenda viva de la que todos han oído hablar-, es aceptado dentro de una comunidad de luchadores ancestrales de los que aprende su idioma y su arte en la pelea… Vemos un hilo conductor mayor que avanza lentamente pero que aún no ocupa el foco principal de la narración.

En este libro se acentúa aún más una idea que apunta a ser clave en la serie completa: los momentos de conexión con el Kvothe del presente nos ayudan cada vez más a ser conscientes de la subjetividad de la narración y de la fiabilidad variable del narrador mismo. Los hechos que nos cuenta probablemente tuvieron lugar, sí, pero el mismo Kvothe reconoce que su maestría para las historias y para el público le fueron de gran ayuda a la hora de forjar su leyenda.

Enlazando con esta misma idea, podemos considerar que el otro gran tema del libro es el propio lenguaje, el poder de las palabras y de la transmisión oral. El idioma de los adem, tan diferente en su forma a lo que nos resulta familiar, nos lleva a explorar los fundamentos de la comunicación y la complejidad de las relaciones interculturales. También nos encontramos con numerosos ejemplos que ilustran el poder de las historias en la tradición oral, cuyos mecanismos son conocidos y apreciados por el protagonista. Podemos ver el uso que hace de ellos en algunas anécdotas como la canción que compone para Felurian, que se extiende como la pólvora; o el momento en que, a modo de ejemplo de esto mismo, empieza a contar en su taberna la historia de Cronista como la de un héroe de su infancia, ante el consternación del aludido.

Creo que el autor ha encontrado un equilibrio sobresaliente entre una historia fantástica y una novela de aventuras con un héroe de corte clásico: nos dejamos llevar por los hechos y los engaños a partes iguales y de buena gana. Solo queremos ser testigos de qué evento genial tendrá lugar a continuación, sin que la verosimilitud juegue un papel demasiado importante. El mundo creado por Rothfuss tiene el suficiente nivel de complejidad como para que casi no reparemos en las más de 1.000 páginas en las que se desarrolla esta crónica.

En definitiva, un gran acierto dentro de este género. Solo queda esperar que la última entrega de la trilogía sea tan satisfactoria y nos brinde un final redondo.

Mi versión de la portada:

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‘El nombre del viento’ de Patrick Rothfuss

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Título original: The Name of the Wind

Año de publicación: 2007

Nº de páginas: 872

Editorial: Plaza & Janés

En una posada en tierra de nadie, un hombre se dispone a relatar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida tras los rumores, las conjeturas y los cuentos de taberna que le han convertido en un personaje legendario a quien todos daban ya por muerto: Kvothe… músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino.
Ahora va a revelar la verdad sobre sí mismo. Y para ello debe empezar por el principio: su infancia en una troupe de artistas itinerantes, los años malviviendo como un ladronzuelo en las calles de una gran ciudad y su llegada a una universidad donde esperaba encontrar todas las respuestas que había estado buscando.

Este libro tiene todo el sabor de las historias épicas de la saga Dragonlance, quizás con un toque un poco más juvenil: fantasía medieval con mucha magia, muchas razas, incontables personajes, un mapa muy amplio, religiones y culturas… El desarrollo que hace el autor de todos estos aspectos laterales es bastante minucioso, lo que ayuda en muchos casos a sostener la trama principal casi por completo.

El estilo de escritura es muy cuidado pero, aunque lo he disfrutado en su mayor parte, a veces me han sobrado algunos finales de capítulo demasiado dramáticos cuando no era necesario en mi opinión. También chirría un poco la suerte magnífica del protagonista, que parece estar protegido de todo mal e infortunio: por muchas injusticias y reveses del destino con los que se enfrenta, dentro de un mundo bastante difícil e injusto, el azar le sonríe una y otra vez y la autoridad de turno le da la razón en numerosas ocasiones. La historia parece seguir los esquemas de los mitos de los héroes clásicos, cosa que el propio Kvothe del presente nos confirma cada vez que hace una aparición.

Quitando estos pequeños desequilibrios, me ha parecido una historia muy disfrutable y para todo tipo de públicos. El ritmo es ligero y cargado de acción. La estructura de historia dentro de la historia, por más usada que esté, siempre da mucho juego. En este caso, la elección de la relación de tiempos entre un nivel y otro me pareció muy acertada.

– Por supuesto. Los búhos son sabios. Son cuidadosos y pacientes. La sabiduría excluye la audacia. -Bebió un sorbo de vino, sujetando el asa de la tacita con el pulgar y el índice-. Por eso los búhos no son buenos héroes.

El sistema de magia que ha desarrollado el autor es uno de los puntos fuertes de la historia. Se aleja bastante de los poderes tradicionales de la fantasía épica en los que no cabe una explicación. En este caso, la simpatía se nos revela como un proceso más o menos lógico, de manera que cuando hace su aparición en la acción podemos entender lo que ocurre y las dificultades que encuentra el protagonista para llevarla a cabo.

El final no nos deja en suspenso, sino que invita suavemente a seguir con la lectura del segundo libro. A pesar de la amplitud de la historia y el ritmo trepidante, las continuas apariciones del Kvothe presente nos ayudan a aplacar los ánimos. Cualquier cosa que se nos vaya a revelar a continuación ya ha ocurrido en el pasado de manera que no hay prisa ni nada que podamos hacer por cambiar el curso. El autor ha sabido transmitirlo con una calma genial.

Te gustará si te gustó ‘Ala de dragón’ de Margaret Weis y Tracy Hickman.

Mi versión de la portada:

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