Título original: The Wise Man’s Fear
Año de publicación: 2011
Nº de páginas: 1197
Editorial: Plaza & Janés
El hombre había desaparecido. El mito no.
Músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, trotamundos, héroe y asesino, Kvothe había borrado su rastro. Y ni siquiera ahora que le han encontrado, ni siquiera ahora que las tinieblas invaden los rincones del mundo, está dispuesto a regresar.
Pero su historia prosigue, la aventura continúa, y Kvothe seguirá contándola para revelar la verdad tras la leyenda.
En esta lectura me he encontrado, confieso que con cierta sorpresa, con una magnífica continuación para esta serie. Kvothe pasa de una adolescencia fugaz a la etapa adulta de su vida a pesar de que aún es muy joven. Si bien en el primer volumen ya tuvimos la sensación de estar ante una historia de historias, en este se vuelve mucho más acusada: podríamos verlo como una colección de relatos cortos con un protagonista común. Kvothe sigue encontrándose inmerso en una aventura tras otra y saliendo bien parado de todas ellas: viaja a tierras lejanas, se enfrenta de nuevo a poderosos enemigos, se produce su despertar y primeras experiencias sexuales -no con cualquiera, sino con una leyenda viva de la que todos han oído hablar-, es aceptado dentro de una comunidad de luchadores ancestrales de los que aprende su idioma y su arte en la pelea… Vemos un hilo conductor mayor que avanza lentamente pero que aún no ocupa el foco principal de la narración.
En este libro se acentúa aún más una idea que apunta a ser clave en la serie completa: los momentos de conexión con el Kvothe del presente nos ayudan cada vez más a ser conscientes de la subjetividad de la narración y de la fiabilidad variable del narrador mismo. Los hechos que nos cuenta probablemente tuvieron lugar, sí, pero el mismo Kvothe reconoce que su maestría para las historias y para el público le fueron de gran ayuda a la hora de forjar su leyenda.
Enlazando con esta misma idea, podemos considerar que el otro gran tema del libro es el propio lenguaje, el poder de las palabras y de la transmisión oral. El idioma de los adem, tan diferente en su forma a lo que nos resulta familiar, nos lleva a explorar los fundamentos de la comunicación y la complejidad de las relaciones interculturales. También nos encontramos con numerosos ejemplos que ilustran el poder de las historias en la tradición oral, cuyos mecanismos son conocidos y apreciados por el protagonista. Podemos ver el uso que hace de ellos en algunas anécdotas como la canción que compone para Felurian, que se extiende como la pólvora; o el momento en que, a modo de ejemplo de esto mismo, empieza a contar en su taberna la historia de Cronista como la de un héroe de su infancia, ante el consternación del aludido.
Creo que el autor ha encontrado un equilibrio sobresaliente entre una historia fantástica y una novela de aventuras con un héroe de corte clásico: nos dejamos llevar por los hechos y los engaños a partes iguales y de buena gana. Solo queremos ser testigos de qué evento genial tendrá lugar a continuación, sin que la verosimilitud juegue un papel demasiado importante. El mundo creado por Rothfuss tiene el suficiente nivel de complejidad como para que casi no reparemos en las más de 1.000 páginas en las que se desarrolla esta crónica.
En definitiva, un gran acierto dentro de este género. Solo queda esperar que la última entrega de la trilogía sea tan satisfactoria y nos brinde un final redondo.
Mi versión de la portada: