Título original: Miecz przeznaczenia
Año de publicación: 1992
Nº de páginas: 288
Editorial: Alamut
Ilustración de portada: Alejandro Colucci
Diseño de portada: Alejandro Terán
La vida de un brujo cazador de monstruos no es fácil. Tan pronto puede uno tener que meterse hasta el cuello en un estercolero para eliminar a la bestia carroñera que amenaza la ciudad, intentado no atrapar una infección incurable, como se puede encontrar unido a la cacería de uno de los últimos dragones, en la que la cuestión no es si los cazadores conseguirán matar a la pobre bestia, sino qué pasará cuando tengan que repartirse el botín. Magos, príncipes, estarostas, voievodas, druidas, vexlings, dríadas, juglares y criaturas de todo pelaje pueblan esta tierra, enzarzados en conflictos de supervivencia, codicia y amor, y entre ellos avanza, solitario, el brujo Geralt de Rivia.Andrzej Sapkowski es el gran renovador de la literatura fantástica de nuestros tiempos, un genio del lenguaje y la caracterización cuya prosa ya ha hechizado a millones de lectores en todo el mundo.
Una magnífica segunda parte para esta saga del brujo Geralt de Rivia, en la que lo acompañamos en una nueva colección de aventuras a modo de relatos cortos. A pesar de esta aparente desconexión, ya empezamos a ver indicios más que claros de un orden mayor que probablemente conducirá los próximos libros.
En esta entrega, Geralt empieza a mostrar sus dobleces más humanos, desmontando poco a poco la imagen de apatía que en algún momento nos pudo sugerir. Como ya ocurriera en parte en el primer libro, estos relatos nos muestran los límites del protagonista, dotándolo de un carácter complejo: el brujo no es todopoderoso, ni infalible, ni tampoco de piedra. El vínculo que establece con Ciri nos lleva a ver una cara de él que aún no conocíamos. A esto podemos añadir el breve relato de su encuentro con la poeta Essi y su relación Yennefer, cada vez más tortuosa. Parece que las mujeres que pasan por la vida del brujo tienen a veces un peso más importante que muchas de sus empresas.
De nuevo, los conflictos raciales juegan un papel importante en el desarrollo de algunas de estas historias, como en “Fuego eterno” o en “La espada del destino”.
Los diálogos vuelven a ser uno de los puntos fuertes de la narración, matizando a los personajes al detalle sin necesidad de descripciones extensas.
– ¡Puta indecorosa! –gritó-. ¡Sardina frígida! ¡Que se busque un bacalao!
– ¿Qué ha dicho? –se interesó Sh’eenaz, nadando más cerca.
– ¡Que no quiere tener cola!
– ¡Pues dile… dile que se seque!
– ¿Qué ha dicho?
– Ha dicho –tradujo el brujo- que te ahogues.
Sorprende cómo el autor es capaz de integrar dentro de un mismo hilo y utilizando los mismos personajes una serie de relatos más o menos cómicos con otros de lo más emotivos e intensos. En ningún momento tenemos sensación de incoherencia en esta sucesión.
En el último relato, “Algo más”, entre sueños febriles y mientras se debate entre la vida y la muerte, Geralt nos revelará de manera involuntaria las bases de lo que vendrá a continuación.
Mi versión de la portada: