Título original: Ostatnie życzenie
Año de publicación: 1993
Nº de páginas: 254
Editorial: Alamut
Ilustración de portada: Alejandro Colucci
Diseño de portada: Alejandro Terán
Geralt de Rivia, brujo y mutante sobrehumano, se gana la vida como cazador de monstruos en una tierra de magia y maravilla: con sus dos espadas al hombro -la de acero para hombres, y la de plata para bestias- da cuenta de estriges, manticoras, grifos, vampiros, quimeras y lobisomes, pero sólo cuando amenazan la paz. Irónico, cínico, descreído y siempre errante, sus pasos lo llevan de pueblo en pueblo ofreciendo sus servicios, hallando las más de las veces que los auténticos monstruos se esconden bajo rostros humanos. En su camino sorteará intrigas, elegirá el mal menor, debatirá cuestiones de precio, hollará el confín del mundo y realizará su último deseo: así comienzan las aventuras del brujo Geralt de Rivia.
En el primer volumen de esta saga nos encontramos con una historia de fantasía con el sabor más tradicional pero una estructura y un enfoque muy originales. El personaje principal, el brujo Geralt de Rivia, complejo en extremo, se nos presenta a través de diferentes episodios en esta colección de relatos, todos ellos levemente relacionados entre sí pero entre los que se puede advertir un hilo principal cargado de potencial.
A pesar de encontrarnos con muchos elementos típicos de este género, nos sorprende una sensación constante de novedad. Creo que uno de los principales motivos, aparte del talento indiscutible del autor, es la traducción magistral al español que ha hecho José María Faraldo. Por desgracia, no puedo hacer una comparación con el original en polaco, de manera que no sé qué atribuir y qué no al traductor, pero está claro que este ha hecho un trabajo concienzudo y diferente al que estamos acostumbrados. Los distintos modos de hablar de las diferentes clases sociales y procedencias, las expresiones coloquiales propias de nuestro idioma o incluso las faltas de ortografía y expresión aportan al texto una nueva dimensión.
Por otra parte, las continuas referencias a otras historias de la literatura fantástica y universal (Drácula, Blancanieves, la Bella y la Bestia, Rapunzel…) nos lanzan una infinidad de guiños, llegando incluso a hacernos dudar de la seriedad de nuestro narrador. Los diálogos entre el brujo y los personajes con los que se cruza son en muchos casos pequeñas obras de arte en sí mismos.
El libro, casi de principio a fin, parece hacer una reflexión sobre el papel del héroe característico de las historias de fantasía, donde el monstruo suele aparecer como un ser plano con una única motivación evidente y donde los dobleces que muestra el propio héroe, si es que muestra algunos, son a menudo irrelevantes para la acción principal. En este caso se nos presentan una serie de criaturas complejas, capaces de vivir y amar a la manera más humana, y un protagonista que se ve obligado a actuar de forma inhumana más frecuentemente de lo que le gustaría.
—A la gente —Geralt volvió la cabeza— le gusta inventarse monstruos y monstruosidades. Entonces se parecen menos monstruosos a sí mismos. Cuando beben como una esponja, engañan, roban, le dan palos a su mujer, matan de hambre a su vieja abuelilla, golpean con un hacha a la raposa atrapada en el cepo o acribillan a flechazos al último unicornio del mundo, les gusta pensar que sin embargo todavía es más monstruosa que ellos la Muaré que entra en las casas a la aurora. Entonces, como que se les quita un peso de encima. Y les resulta más fácil vivir.
El autor ha sabido darle la vuelta a una historia que podría ser de lo más tradicional y crear un protagonista carismático, certero y cínico del que siempre queremos saber más. Tiene un ritmo bastante ágil y adictivo; se mezclan situaciones trágicas con otras que nos arrancan más de una carcajada. Muy recomendable para los que ya disfrutan de este género y quieren leer algo diferente. Por mi parte, seguiré explorando el resto de la serie en breve.
Mi versión de la portada:
Enhorabuena por tu crítica.
Para mí este libro ha sido uno de los descubrimientos más frescos y gratificantes del año. Y ya no es solo que, como dices, los diálogos sean memorables o la acción transmita mucha vivacidad; es que la crítica social (temas de racismo, ecologismo…) hace que ese mundo tan de fantasía se parezca muchas veces al real.
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¡Totalmente de acuerdo! El autor ha hecho un trabajo genial. Muchas gracias por tu comentario 🙂
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