Año de publicación: 2001
Nº de páginas: 559
Editorial: Roca Editorial
¿Es que no hay nada sagrado?
Días antes de salir de prisión, la mujer de Sombra, Laura, muere en un misterioso accidente de coche. Aturdido por el dolor, emprende el regreso a casa. En el avión, se encontrará con el enigmático señor Wednesday, que dice ser un refugiado de una guerra antigua, un dios y también el rey de América.
Juntos se embarcan en un viaje extraño a través de los Estados Unidos, mientras una tormenta de dimensiones épicas amenaza con desencadenarse.
Poco a poco descubriremos que Wednesday es una encarnación de Odín y que está reclutando viejos dioses, cuyos poderes han disminuido por el tiempo y la falta de creyentes, para participar en una guerra contra los nuevos dioses: aquellos que conforman la tecnología moderna.
Habiendo solo leído anteriormente ‘El libro del cementerio’, este libro viene a confirmar para mí la maestría indiscutible de Neil Gaiman en estilos muy diferentes. Esta historia es, de principio a fin, el relato de un sueño inmenso, lleno de los personajes más oníricos y de una sensación continua de escalón inesperado. Es un viaje interminable plagado de dioses y mortales que se conocen a través de las situaciones más insólitas. Es un camino inabarcable en el que nunca estamos seguros de hacia qué lado mirar. Un recorrido por la América profunda a través de sus propios engranajes mitológicos junto con otros llegados desde tierras lejanas en busca de nuevos fieles. Un enfoque muy rompedor y arriesgado que ningún amante del género fantástico debería pasar por alto.
El personaje de Sombra se nos presenta como un ser normal, mediocre incluso, que está pasando por una mala racha que parece interminable. Poco a poco, se nos irá revelando como uno de los caracteres más especiales e intrincados de la historia. Tras la aparición de Wednesday, todo adquiere un tinte surrealista del que ya no nos podremos desembarazar. Sin embargo, no es simplemente un surrealismo absurdo o sin propósito, sino algo que atesorar, como lo que ocurre durante los primeros minutos del sueño, cuando aún intentamos mantenernos a flote.
La habitual elegancia con la que Neil Gaiman nos acompaña a través de sus historias está presente también en este libro. Cualquier momento, incluso el más inapropiado, es bueno para crear una imagen bella de la que podemos participar.
La lluvia no paraba de caer en el costado del avión: se imaginó que había unos niños pequeños que tiraban guisantes secos a puñados desde el cielo.
Es un libro mágico desde la primera página a la última pero hay algunos pasajes que destacan por encima del resto: el encuentro nocturno de Sombra con la hermana que siempre duerme, Zorya Polunochnaya, que le regala la luna en forma de moneda; el periodo en la funeraria de Cairo, Illinois, con el señor Ibis y el señor Jacquel; esa relación salvaje y fugaz con Bastet a medio camino entre el sueño y la realidad, entre la mujer y la gata; la breve amistad con Samantha Cuervo Negro…
En una historia tan amplia también hay lugar para el humor. El elemento cómico más destacado, sin que ello le reste ni una pizca de su importancia en la historia, es sin duda el personaje de Laura, la esposa muerta de Sombra que se niega a abandonar este lado del velo y que llega, incluso, a encontrar trabajo en una gasolinera para ocupar sus horas.
El pájaro se volvió con suspicacia, hacia un lado, y le escrutó con sus ojos brillantes.
– Di «Nevermore» -dijo Sombra.
– Que te jodan -dijo el cuervo y no volvió a dirigirle la palabra en todo el camino a través del bosque.
Conocer a un nivel muy básico la mitología escandinava, egipcia, hindú y otras tantas, ayuda a disfrutar de la historia aún más, aunque no es imprescindible. Está claro que no es un libro para todos los públicos pero los que sepan apreciar este particular combinado de fantasía, acción, poesía y Norteamérica recóndita, podrán incluir este libro en su estantería de favoritos. Para mí ha sido uno de los más atronadores de este año.
Mi versión de la portada:
Jo, tengo este libro muy olvidado porque lo leí hace mil años pero recuerdo lo que me encantó, al leer tus pasajes preferidos me han entrado ganas de ir corriendo a la estantería a por él para ponerme ya a releerlo.
Estoy contigo en que este libro es un sueño eterno, a mi me fascinó toda la vuelta de tuerca que da a la mitología y todos los dioses, Gaiman tiene una imaginación desbordante! Me encanta tu versión de la portada!!! 😀
A ver si te animas con Stardust, otro de mis preferidos, aunque no tenga naaaaada que ver con este ^^
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¡Muchísimas gracias por tu comentario! Este libro es una delicia desde la primera página a la última. Me alegro de que tú también lo disfrutaras y te animo a que lo releas cuando tengas ocasión. Yo ya estoy deseando de seguir explorando más libros de Gaiman así que me apunto tu recomendación 🙂
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