Título original: Oryx and Crake
Año de publicación: 2003
Nº de páginas: 432
Editorial: Ediciones B
Portada: detalle de El jardín de las delicias de Hieronymus Bosch
Aún no ha amanecido cuando Hombre de las Nieves despierta para lamentar no seguir durmiendo. Todo es desolador: el paisaje, su propio aspecto y las expectativas de que la situación mejore; así que decide ir a buscar alcohol, tabaco y otras provisiones. A lo largo de esa exploración, el lector descubre en qué mundo vive ese extraño personaje, qué peligros le acechan y cómo ha llegado a su actual estado. Qué les ocurrió a la amada Oryx y al sagaz Crake, y quiénes son los cándidos crakers.
Esta primera parte de la trilogía MaddAddam nos pone contra las cuerdas de un futuro descabellado y a su vez bastante factible. La manipulación genética ha estirado los límites de la ética hasta un punto crítico, Internet se ha convertido en un buffet libre de experiencias extremas y los aspectos más importantes de la vida y el funcionamiento de la sociedad están regidos por la voluntad de las multinacionales. El momento en el que transcurren los hechos no está definido pero podemos reconocer en él un futuro no muy lejano, lo que nos ayuda a conectar todavía más con la historia.
Nuestro protagonista, Hombre de las Nieves, nos cuenta desde un punto más avanzado en el tiempo cómo se desarrollaron los acontecimientos que dieron lugar a su condición actual: aparentemente es el último hombre vivo sobre la Tierra. La narración comienza en su infancia y nos muestra toda su vida hasta el momento actual en el que convive con los crakers, híbridos humanos desarrollados en un laboratorio justo antes de la tragedia que ha asolado el planeta. Estos seres lo toman por un profeta y acuden a él para resolver sus dudas sobre el mundo que los rodea, del que apenas conocen nada. La autora plantea aquí una situación genial: Hombre de las Nieves puede jugar a ser Dios, inventando sobre la marcha la mitología de esta nueva cultura y reflexionando sobre qué elementos de la sociedad anterior pueden ser útiles y cuáles hay que desechar.
Otra pieza clave de la obra es, sin duda, el papel que juegan las referencias al videojuego Extintation a lo largo de la narración. Los paralelismos que se encuentran entre el funcionamiento del juego y los hechos reales son sutiles pero fundamentales y a partir de ellos se puede hacer una lectura particular del conjunto.
Crake aseguraba muchas veces que el Homo sapiens sapiens no estaba preparado para considerar a los individuos por separado cuando un grupo pasaba de doscientos, porque ése era el tamaño de la tribu primigenia, aunque Jimmy rebajaba esa cifra a dos.
En resumen, una buena adquisición para las estanterías de los amantes de la ciencia ficción y el subgénero post-apocalíptico.
Te gustará si te gustó ‘Las Crisálidas’ de John Wyndham o ‘El cuento de la criada’ de Margaret Atwood.
Mi versión de la portada: