Año de Publicación: 1998
Nº de páginas: 622
Obra en portada: Jack Vettriano
Editorial: Anagrama
Arturo Belano y Ulises Lima, los detectives salvajes, salen a buscar las huellas de Cesárea Tinajero, la misteriosa escritora desaparecida en México en los años posteriores a la revolución, y esa búsqueda -el viaje y sus consecuencias-, se prolonga durante veinte años y se bifurca a través de numerosos personajes y continentes, en una novela donde hay de todo: amores y muertes, asesinatos y fugas turísticas, manicomios y universidades, desapariciones y apariciones. Entre los enigmáticos protagonistas de este libro, destaca un fotógrafo español en el último escalón de la desesperación, un neonazi, un torero mexicano jubilado que vive en el desierto, una estudiante francesa lectora de Sade, una prostituta adolescente en permanente huida, una prócer uruguaya, un abogado gallego herido por la poesía, un editor mexicano perseguido por unos pistoleros a sueldo.
Premios Herralde de Novela y Rómulo Gallegos, ambos por unanimidad.
La reseña de este libro es bastante difícil de perfilar, no tanto por compleja (que también), sino por inabarcable. Un resumen mínimo que podría servir para completar la sinopsis anterior: Arturo Belano y Ulises Lima, ambos poetas realvisceralistas, emprenden un viaje por el desierto de Sonora en busca de la fundadora de este movimiento, de la que únicamente se llegó a publicar un poema y de cuyo paradero existe escasa información. Esta es tan solo la punta del iceberg.
Uno de los puntos más interesantes de esta novela es que, a pesar de que todo gira en torno a nuestros dos detectives salvajes, no hay un solo pasaje en el que la historia sea narrada por ellos de forma activa. Todo lo que sabemos nos llega a través de páginas de diario, conversaciones y retazos de memoria de otras personas.
El otro elemento llamativo es, sin duda, la estructura de la obra. El libro está dividido en tres partes. La primera se nos presenta en forma del diario personal del joven poeta Juan García Madero que, recién introducido al realismo visceral, nos cuenta los entresijos del movimiento y las relaciones entre sus integrantes. En la segunda parte, una infinidad de personajes distintos (52, según he leído después) narran historias ocurridas en un lapso de 20 años tras el viaje de los detectives salvajes, regalándonos cada uno de ellos una estampa, grande o pequeña, de su relación con Ulises Lima y Arturo Belano: familiares, amigos, compañeros de facultad, de trabajo, de cama, de viaje, de encierro… Todos en conjunto crean un mosaico bastante completo de la personalidad de los dos poetas, que nos sirve como base para adentrarnos en la tercera parte donde, ahora sí, retrocedemos en el tiempo para emprender la ansiada búsqueda, de nuevo recogida en el diario de García Madero.
Esta curiosa disposición del tiempo y los narradores hace que nos acerquemos a la historia de una forma poco habitual. El realismo de la novela, aunque fragmentado, alcanza unos niveles sorprendentes. Algunas de estas piezas de puzle, especialmente en la segunda parte, llegan a tener carácter de cuento y nos ofrecen imágenes mágicas como la de un poeta y un crítico literario manteniendo un duelo a espada en una playa desierta de la costa catalana.
Acabo con la misma idea con la que empecé: cualquier reseña o comentario que se escriban sobre este libro quedarán irremediablemente incompletos.
Te gustará si te gustaron ‘Pedro Páramo’ de Juan Rulfo o ‘Crónica de una muerte anunciada’ de Gabriel García Márquez.
Mi versión de la portada:
¡No conocía este libro! Pero Pedro Páramo es muy guay <3.
Buena reseña.
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Este tiene un carácter un tanto diferente pero de alguna manera me ha recordado a Pedro Páramo. ¡Te lo recomiendo! 🙂
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